Las varices continúan siendo actualmente un problema de salud muy frecuente; según estadísticas del Capítulo Español de Flebología, afecta a 2 de cada 3 españoles y constituye una de las patologías que mas aumentan la lista de espera quirúrgica de nuestros hospitales públicos y una de las principales causas de baja laboral. La escleroterapia con espuma constituye un tratamiento alternativo o complementario a la cirugía de las varices. Desde su descripción en la década de los noventa, numerosas escuelas europeas, entre ellas la española y la italiana, la han perfeccionado como técnica de terapéutica estética de la insuficiencia venosa crónica.

                  Básicamente persigue la destrucción de la capa interna de la vena patológica (endotelio venoso) a través de la microinyección de un agente químico que produce una inflamación y posterior fibrosis de las varices. Esta fibrosis termina por hacer desaparecer las varices de una forma definitiva. La principal diferencia con respecto a la esclerosis liquida clásica radica en la forma física del esclerosante, tratándose de una mezcla de un agente gaseoso con un agente liquido. La microespuma inyectada en la variz desplaza literalmente la columna sanguínea, aumentando el tiempo de contacto entre el esclerosante y el endotelio venoso. El efecto producido es algo parecido al proceso de cicatrización de cualquier parte del organismo y, por tanto, requiere de un periodo de entre 6 semanas a 4 meses para objetivar los resultados definitivos.

                  Como alternativa a la cirugía de las varices, los cirujanos vasculares la solemos recomendar a pacientes que no desean o no pueden pasar por un quirófano por alto riesgo quirúrgico. Como complemento a la cirugía, la utilizamos para el tratamiento de las varices de menor tamaño no susceptibles de tratamiento quirúrgico.

                  Se trata de un procedimiento que se realiza en consulta, sin necesidad de anestesia, con mínimos riesgos y múltiples ventajas, entre ellas, el menor número de sesiones requeridas frente a otras técnicas clásicas y el mejor resultado estético,  conseguido por el aumento del tiempo de contacto entre el esclerosante y el endotelio. Todos los pacientes requieren un estudio detallado con eco-doppler venoso (estudio diagnostico no invasivo) previo al tratamiento, lo que indicara al cirujano la viabilidad o no del mismo. Otra modalidad requiere el uso de un quirófano y la ayuda del eco-doppler para la punción eco-guiada de la espuma. Se aconseja el uso de una media de compresión durante 7 días tras el tratamiento, no requiere ingreso ni reposo y el paciente no tiene que variar su estilo de vida ni sus obligaciones laborales.

                  La selección de un esclerosante liquido o una espuma dependerá fundamentalmente del diámetro de las varices a tratar, de la zona anatómica y del estudio ecográfico realizado. La mayoría de los pacientes son candidatos a este tratamiento por parte de un especialista en angiología y cirugía vascular, que realizara una historia clínica detallada y una exploración vascular minuciosa. Entre las contraindicaciones se encuentran el embarazo, la lactancia, las enfermedades de la coagulación que favorezcan la trombosis, las enfermedades graves del corazón  y la isquemia crónica de miembros inferiores. A pesar de que un gran número de las personas afectadas considere las varices un problema estético, el trasfondo del problema es médico y es necesaria la valoración previa de un especialista. El tratamiento por parte de otros colectivos puede ser peligroso, dando una solución muchas veces parcial y pudiendo favorecer las complicaciones como la trombosis venosa profunda o las ulceras.

                  No solo se consigue la eliminación de las varices sino muchas veces los síntomas asociados a la insuficiencia venosa crónica (pesadez de piernas, sensación de hinchazón, piernas cansadas, hormigueos y sensación de rayos)    

El efecto adverso más frecuente consiste en la hiperpigmentacion o mancha asociada  a los puntos de punción. Se debe a depósitos de hemosiderina (hierro de los glóbulos rojos) en la dermis, producidos por la rotura e inflamación de las varices. Desaparecen en el 97% de los casos con la ayuda de una crema quelante del hierro y la protección frente al sol.

                  En definitiva, una solución medica y estética a un problema de salud muy común e incapacitante.